jueves, 14 de agosto de 2008

El secreto para ser feliz

Hace muchísimos años, vivió en la India un sabio de quien se decía guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo.

Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano.

Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llegó ante él un niño y le dijo: Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz.

¿Por qué no me enseñas que debo hacer para conseguirlo?"

El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención:

En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón y, el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida:

El primero es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes y por todas las cosas que te pasan.

El segundo, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte debes afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer. Este paso se llama autoestima alta.

El tercer paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.

El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.

El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú... Perdona y olvida.

El sexto paso es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor.

El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.

Y por ultimo, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades.

EL PESCADOR

un lindo relato que me llego por mail y me hace reflexionar sobre LA FELICIDAD


Un banquero de inversión americano, estaba en el muelle

de un pueblito caribeño, cuando llegó un bote con un solo pescador.

Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño.

El americano elogió al pescador por la calidad

del pescado y le preguntó:

¿cuánto tiempo le había tomado pescarlos?
El pescador respondió que sólo un de poco tiempo

El americano luego le preguntó ¿porqué no permanecía

más tiempo y sacaba más pescado?

El pescador dijo que él tenía lo suficiente para

satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.

El americano luego preguntó

¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo?

El pescador dijo: “después de pescar, descanso un poco,

juego con mis hijos, hago siesta con mi señora María,

Voy al pueblo por las noches donde tomo vino y toco

guitarra con mis amigos.

Tengo una vida "placentera y ocupada".!!!

El americano replicó, "Soy un MBA de Harvard y

podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la

pesca y con los ingresos comprar un bote más grande,

después con las ganancias podrías comprar varios botes,

y eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.

En vez de vender el pescado a un intermediario,

lo podrías hacer directamente a un procesador,

y eventualmente abrir tu propia procesadora.

Podrías así mismo controlar la producción,

el procesamiento y la distribución.

Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a

La Capital, donde manejarías tu empresa en expansión".

El pescador preguntó, ¿Pero, cuánto tiempo tarda todo eso?
A lo cual respondió el americano, "entre 15 y 20 años".
"¿Y luego qué?"

El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte.
"Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO

(Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de

tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones.

"Millones ... y ¿luego qué?"

Dijo el americano:

"Luego te puedes retirar. Te mueves a un pueblito en

la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un

poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer,

caer todas las noches al pueblo donde tomas vino y

tocas guitarra con tus amigos".

El pescador respondió: "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?"

MORALEJA

Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad
que ya se tiene pero que muchas veces no vemos.
La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos,
y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.

"Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te
dejarán ver las estrellas"
¡LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO!

Almuerzo con Dios...

Un niño pequeño quería conocer a Dios.

Sabía que tendría que hacer un largo viaje para llegar hasta donde Él vive, así que guardó en su maleta pastelitos de chocolate y refrescos de fruta…

Y empezó su andadura.

Cuando había caminado unas horas, se encontró con una mujer anciana.

Estaba sentada en un banco del parque, sola, contemplando en silencio algunas palomas que picoteaban migajas de pan que ella les arrojaba.

El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta.
Comenzó a beber uno de sus refrescos cuando notó que la anciana le miraba, así que le ofreció uno de ellos.

Ella agradecida lo aceptó y le sonrió. Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo, así que le ofreció entonces uno de sus pastelillos.
De nuevo ella le sonrió.

El niño estaba encantado, y se quedó toda la tarde junto a ella, comiendo y sonriendo, aunque sin hablar una palabra.

Cuando oscurecía, el niño se levantó para irse.
Dio algunos pasos, pero se detuvo; dio vuelta atrás, corrió hacia la anciana y le dio un abrazo.

Ella después de abrazarlo, le dedicó la más grande sonrisa de su vida.

Cuando el niño llegó a su casa, su madre quedó sorprendida de la cara de felicidad que traía.

Entonces le preguntó:

-"Hijo, ¿qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?".

El niño le contestó:"¡Hoy almorcé con Dios!"...

Y antes de que su madre reaccionara, añadió:

-"Y ¿sabes? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que nunca he visto!"

Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regresó a su casa.

Su hijo se quedó sorprendido de la expresión de paz que reflejaba en su cara, y le preguntó:

-"Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha puesto tan feliz?“.

La anciana le contestó:

-"¡Comí pastelitos de chocolate con Dios, en el parque!"...

Y antes de que su hijo respondiera, añadió:

- "Y ¿sabes? ¡Es más joven de lo que yo pensaba!"

Moraleja:

Con frecuencia, no damos importancia al poder de un abrazo,
de una palmada en la espalda,
de una sonrisa sincera, de una palabra de aliento,
de un oído que escucha, de un cumplido sincero,
o del acto más pequeño de preocupación...
Mas todos esos detalles tienen el mágico poder de cambiar tu vida o la de los demás, de darle un gran giro y hacerla feliz.